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Estufas a parafina: cómo funcionan, sus peligros y mejores alternativas

Cuando llega el invierno y las temperaturas bajan, como a todos, nos agrada sentirnos a gusto en el hogar, con una temperatura agradable mientras te relajas en el sofá o compartes una comida con familiares y amigos. Pero ¿Sabías que los calefactores que no poseen vías de evacuación de gases residuales de la combustión representan un factor de riesgo para la salud?

¿No conocías este tipo de estufas? ¿Quieres conocer más sobre ellas y lo dañinas que son? ¿Cómo funcionan o qué desventajas tienen las estufas de parafina? En Amesti te ofrecemos información importante para tu decisión de calefacción, continúa leyendo el artículo.

¿Qué es la parafina?

La parafina o kerosene es señalado como un combustible que pese a que es económico, produce niveles de contaminantes ambientales dentro de la casa.

Un factor negativo es el intenso olor que desprenden las estufas a parafina tanto al encenderse como al apagarse. Y aunque no dura demasiado, es muy poco apetecible.

Peligros de las estufas a parafina

Como mencionamos anteriormente, el keroseno es un combustible derivado del petróleo que se utiliza desde hace años para calentar y cocinar. Su inhalación o exposición a la sustancia en exceso puede ser perjudicial y provocar enfermedades pulmonares, en otras palabras al darle un mal uso a este tipo de estufas puede no ser una elección no muy segura.

¿Por qué NO elegir una estufa de parafina?

¿Te estás planteando comprar este tipo de estufa? Descubre aquí todo sobre las desventajas de las estufas a parafina y por qué no deben ser una opción para tu hogar.

  1. Solo para espacios grandes y ventilados: La habitación debe tener más de 10 m2 y cierta ventilación, como una rejilla, una rendija. Si no la tiene, debe estar ventilando la habitación frecuentemente, lo que sin duda es un problema. Además, se debe tener las mismas precauciones que con una estufa de gas: ventilar regularmente, no utilizar en habitaciones cerradas y no dejarla encendida y quedarte dormido.
  2. Bajo vigilancia: Aunque las estufas cuentan con sistemas de seguridad antivuelco, hay que  situarlas fuera del alcance de los niños y las mascotas.
  3. Tienes que recargar el depósito: Siempre hay que tener un bidón lleno en casa para no pasar apuros, lo cual representa un gran riesgo, sobre todo al momento  de recargar el depósito, hay que hacerlo con extremo cuidado porque se está manipulando líquido inflamable.
  4. Siempre hay peligros de derramamiento, manchando y dejando olores en los autos en el traslado.
  5. Producen cierto olor al encenderse y apagarse.

no es carbono neutral y afecta considerablemente al cambio climático.

Tipos de estufa de parafina

Estufas de parafina de mecha

La estufa de parafina de mecha no necesita ningún tipo de instalación, ni tener acceso a la corriente, y disponen de una autonomía de hasta 15 horas.

La primera vez que la uses tendrás que esperar a que se encienda una media hora, por seguridad y para que la mecha se empape bien de parafina lo que resulta poco práctico. En el inicio de cada encendido la combustión es muy mala y genera olores y humos visibles que se quedan dentro de la habitación.

¿Qué se debe sabe de ésta tipología? Hay que pensar con bastante cuidado en dónde colocarlas. Están pensadas para sitios con mucha ventilación y se recomienda no usarlas en dormitorios.

Estufas de parafina electrónicas 

¿Qué diferencia tienen las estufas de parafina electrónica? A diferencia de las estufas de mecha, tienen más potencia, y son más eficientes en su consumo lo que también representa un mayor gasto.

¿Cómo funciona la estufa de parafina?

Para que una estufa de parafina funcione correctamente, es importante tener en cuenta algunos factores, como por ejemplo: su ubicación.

No es lo mismo colocar la estufa de parafina en un lado u otro de la estancia. Para colocarla adecuadamente, sólo tienes que ver el tamaño de la estancia que deseas calentar. Las estufas de parafina están fabricadas y pensadas para calentar estancias de 50 metros cuadrados, como máximo lo que representa una gran desventaja. 

Cómo funcionan las estufas de parafina de mecha

Al pulsar el botón de encendido se acciona una pequeña resistencia, que al estar en contacto con la mecha empapada de parafina, genera la llama. 

La mecha está sumergida en una cubeta conectada con el depósito de combustible; para que funcione el sistema de encendido se necesitan pilas, ya que estas estufas de parafina no requieren conexión eléctrica. Además, tienen un botón que se gira para regular el tamaño de la llama, el que permite controlar la potencia de calefacción. Y tienen un botón de apagado.

Las estufas de parafina de doble llama funcionan de manera similar, pero poseen una segunda cámara de combustión. Allí, con un aporte de oxígeno, se queman los gases resultantes de la primera combustión. Esta doble combustión ofrece una mayor potencia calorífica con un menor consumo de combustible.

Cómo funcionan las estufas de parafina electrónicas

Las estufas electrónicas de parafina ofrecen mayor potencia que las de mecha. Es decir, permiten calentar superficies más amplias. Además, son más eficaces en el uso del combustible. Pero, como su nombre lo indica, necesitan conexión eléctrica para su funcionamiento, a pesar de ello, consumen muy poca electricidad: entre 13 y 24 W/h.

Estas estufas no tienen mecha, un microprocesador controla y regula la combustión. Cuentan con un quemador de inyección (la parafina se inyecta y se enciende la llama). 

La electricidad permite el funcionamiento de un ventilador interno, y el calor generado se expulsa al exterior como si fuera un calefactor, así el aire se reparte de forma homogénea por la habitación. 

En todos estos modelos, los residuos de la combustión de parafina quedan al interior de la casa. La humedad que genera y el material particulado contaminante.

Estufas de parafina consumo

El consumo de una estufa de parafina viene determinado por la potencia que tenga, es decir, cuanta más potencia, mayor será el consumo lo que influye directamente en un mayor gasto para el cliente.

Dependiendo de la potencia que tenga la estufa de parafina, ésta puede consumir entre 0,13 y 0,30 litros por hora.

¿Qué es más peligroso una estufa de gas o parafina?

Entre los dos tipos, la estufa de gas (a pesar de ser más cara que la de parafina)  es mucho más rápida a la hora de calentar grandes habitaciones pero nuevamente recalcamos que no son nada sustentables, y generan contaminación intradomiciliaria.

De igual modo, las estufas de gas también terminan sobrecargando el aire de dióxido de carbono y es necesario ventilar la estancia de vez en cuando. 

¿Qué es la contaminación intradomiciliaria?

Es aquella que se produce en el interior de los hogares por consecuencia de calefactores que no cuentan con una vía de evacuación por donde ventilar el CO y otros gases tóxicos que se producen como resultado de la combustión.

Entre las más contaminantes se encuentran:

  • Estufas catalíticas (gas licuado)
  • Estufas de parafina 

Cada kilo de gas o de parafina consumido produce entre 1,5 y dos litros de agua durante la combustión, que se transforma en vapor de agua y queda atrapada en el interior de la casa, alojandose en las murallas y techos.

Y si no se cuenta con una ventilación adecuada la humedad promueve la aparición de hongos los cuales son un grave problema para la salud de los ocupantes de la vivienda, llegando a producir reacciones alérgicas que se pueden llegar a complicar. Adicionalmente, todo este vapor de agua influye en la pérdida de calor de la vivienda, haciéndola menos eficiente.

¿Cómo se genera este tipo de contaminación?

El calor se produce a través de la combustión. En este proceso se genera calor al momento de mezclarse el oxígeno con un combustible, produciendo energía que se manifiesta en forma de llamas. Adicionalmente se producen residuos como: dióxido de azufre (SO2), óxido de nitrógeno, dióxido de carbono (CO), material particulado fino, sumado al vapor de agua que genera la humedad en el hogar.

Todos estos residuos necesitan tener una vía de escape para que no impacten en la salud de las personas que residen en los hogares. Para ello, es necesario:

  • Encender por períodos cortos de tiempo las estufas de gas y parafina y por ningún motivo encenderlas o apagarlas en el interior de la vivienda.
  • Ventilar la habitación por lo menos una o dos veces durante 1 ó 2 minutos por cada hora de uso de la estufa.
  • Nunca continuar usando el aparato sin ventilación. Una insuficiente oxigenación de la habitación puede dar origen a una mala combustión y esta, a su vez, produce monóxido de carbono.
  • Personas con problemas respiratorios deben consultar con un médico ante de usar este tipo de estufas
  • Realizar mantenimiento periódico a las estufas y calefactores.

En definitiva, las estufas de parafina no son la mejor opción del mercado para calefaccionar tu hogar. Te recomendamos adquirir estufas más ecológicas, si bien es cierto que los calefactores y estufas a leña y pellet también funcionan por medio de la combustión, los productos Amesti están totalmente certificados por la SEC y cuentan con vías de ventilación a través de los cuales se expulsan todos los residuos, evitando así que se genere la contaminación intradomiciliaria.

CUENTA CON LAS ESTUFAS AMESTI PARA CALEFACCIONAR TU HOGAR

El peligro de utilizar parafina radica en que cuando es inhalado, los pulmones lo absorben rápidamente y sustituye el oxígeno de la sangre en todo el cuerpo, generando una falta del mismo y por consecuencia natural, generando la muerte de las personas.

El mayor riesgo del CO se presenta cuando los usuarios se acuestan a dormir con este tipo de estufas  sin contar con una correcta ventilación.

Amesti ofrece una gran variedad de productos como estufas y cocinas a leña que brindan un alto nivel de calefacción, generan un calor seco y sano sin residuos al interior de tu hogar y además, no contribuyen al calentamiento global y son amigables con tu bolsillo. De igual modo, entre los beneficios de usar estufas a leña y pellet tenemos que: 

– Los calefactores de biomasa, es decir leña y pellet,  no generan emisiones de CO2 y su manipulación es mucho más fácil.

– Generan un calor seco y sano al interior de la casa, eliminando humedad y hongos.

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